[:es]Como sabéis, dentro de la nueva apuesta audiovisual de Prada a Tope, estamos transmitiendo la filosofía y las experiencias vitales de Prada a través de una serie de vídeos en nuestro canal de YouTube. Dentro de esta iniciativa, recientemente hemos compartido con todos vosotros un nuevo vídeo en el que Prada nos habla de su mítica tienda en Cacabelos. Todo un referente del comercio en la localidad que, aún a día de hoy, sigue siendo recordado por sus innovadoras propuestas y por el éxito que la acompañó desde que Prada se puso al frente.
Echando la vista atrás para recordar estos primeros pasos, llega a la memoria de Prada la situación en la que se encontraba la tienda cuando él se puso a su cargo, con tan solo 15 años: “mi primer recuerdo fue cuando me dijo mi padre, como había suspendido cinco en cuarto y la tienda estaba muy mal ya, que tenía que ponerme allí… y allí me puse”. Tras visitar a José Abella, un comerciante con experiencia en Ponferrada, Prada comenzó a llevar la tienda, por aquel entonces dedicada solo al comercio de zapatos.
Aunque por aquel entonces no se estudiaba el marketing como tal, Prada tuvo claro que lo primero que tenía que hacer para revitalizar las ventas era llamar la atención de las personas que pasaban frente a la tienda. “Como tenía tiempo, preparé un escaparate bien y a la semana siguiente preparé otro. Todas las semanas lo cambiaba y ya de alguna manera la gente paraba”, recuerda Prada. Y una vez conseguida la atención de los viandantes, llegaba lo más importante, la atención y el producto: “tenía un problema, no tenía mucho calzado, pero jamás le dije a un cliente que no tenía. Me acuerdo de ir en Ponferrada en el coche de línea a traer unos zapatos determinados o dos o tres modelos que necesitaba para atender bien a los clientes”, señala.
Si hay algo que caracteriza incluso hoy en día a todo el universo Prada a Tope es la innovación y la búsqueda de la diferencia, siempre desde el respeto a la tradición. Y si ahora nos define, ya marcaba el hacer de Prada hace muchos años. Y es que, además del efecto llamada que consiguió cambiando los escaparates y del magnífico trato a los clientes, Prada decidió apostar por un nuevo aliciente: “mi padre tenía vino, yo puse una cuba pequeñita dentro de la tienda y cuando entraba alguien le invitaba a un vasito de vino”, recuerda. La iniciativa corrió como la pólvora y aunque entonces no había publicidad, el boca-oreja fue muy importante… “Mira, vamos aquí, que hay un chico que invita a un vino”.
Los calendarios de Prada
En este vídeo, Prada también nos habla de otra de las iniciativas que con más cariño recuerdan de esa época los habitantes de El Bierzo: sus míticos belenes y calendarios. Dos años después de ponerse al mando de la tienda, los belenes vivientes y con ganado que organizaba Prada ya llegaron a la plaza del pueblo. De ahí surgió la primera foto que envió “y fue tanto el éxito que me dije a partir de ahora tengo que mandar todos los años a la gente que está fuera un calendario que diga algo de nuestra actividad”, recuerda.
De esa experiencia, Prada saca la base en la que apoyarse para alcanzar el éxito en todos los proyectos: “si tú haces algo que te gusta a ti, eso lo transmites y al final va quedando para el futuro”.
Podéis ver esta experiencia relatada por el propio Prada en https://youtu.be/0gjQZxrOqbA