El vino del Bierzo es equilibrio natural con el paisaje que nos han dejado las generaciones que nos precedieron. Respetándolo y cediéndoselo a los que nos sigan con la misma calidad con la que nos ha llegado, es como conseguimos estos vinos prodigiosos.
Proponemos un enoturismo diferente, más activo que contemplativo, en nuestras 30 hectáreas repartidas en diferentes parcelas, cada una aportando su particularidad por el suelo, el desnivel, la altitud y la orientación al sol.
Sobre ellas crecen las variedades tinta de mencía y blanca de godello, con las que hacemos nuestros vinos y espumosos de calidad, nuestro Xamprada. Pero también el Biermú o la Limonada. O los potentes aguardientes.
El origen es un factor necesario y trascendental. Un reconocimiento a lo que la tierra da y a la labor creadora de las mujeres y hombres de nuestro tiempo, y de sus antepasados.