Hoy recurrimos a este blog para contaros una historia que tuvo lugar en el año 2019. En el mes de abril, el Partido de El Bierzo decidió entregar el Botillo de Oro a Prada, un reconocimiento que ya había recibido más de 20 años antes como presidente de la Denominación de Origen, pero que le fue concedido de nuevo a título personal “por ser ejemplo de lucha por esta tierra y leyenda viva de la misma”.
En su discurso de agradecimiento se mostró realmente crítico, como suele ser habitual: “El berciano es berciano cuando está fuera. Cuando llega aquí, no levanta ni un solo dedo por mejorarlo”. Y también quiso desvelar de dónde surgió su inspiración para crear la filosofía de vida, que nos ha acompañado en Prada A Tope durante los últimos 50 años. “Recuerdo ir a Francia en los años 70. Te desviabas en la carretera principal y siempre había un caminito perfectamente asfaltado. Con sus cunetas segadas, con los pueblos muy cuidados, homogéneos… A mí me dicen que soy un visionario, pero no. Lo que yo hice fue copiar el modelo de aquellos países que nos daban cien vueltas en aquel momento”. En pocas ocasiones llevaremos la contraria a Prada, pero en esta ocasión nos vemos obligados a hacerlo. Porque sí fue un visionario. Un hombre que quiso trasladar un modelo beneficioso y ejemplar a nuestra tierra y que fue pionero en la lucha activa por la comarca. Supo ver una oportunidad, aplicarla y transmitir el mensaje con una pasión y una energía dignas de elogio. Cinco décadas después, Prada sigue con el mismo espíritu y las mismas ganas de acercarnos a aquellas aldeas francesas. Ha sabido contagiar a todas las personas que forman parte del equipo de Prada A Tope y a muchos otros bercianos que se sienten identificados con su discurso.
Gracias a esos viajes a Francia y a la personalidad de Prada, se han llevado a cabo multitud de iniciativas en defensa de El Bierzo y su cultura y del futuro de nuestra región. Prada sí que fue un visionario que consiguió cumplir un sueño gracias al trabajo duro y a una obstinación “inconmensurable”. Prada A Tope y su 50 aniversario o la Fundación Prada son un claro ejemplo de ello. Y, por supuesto, es una línea en la que seguiremos trabajando, al menos, otros 50 años.