[:es]Como seguramente habréis hecho muchos de vosotros, estos días en casa nos han servido para repasar fotos y vídeos antiguos. Hemos tenido la oportunidad de viajar en el tiempo a través de nuestro archivo audiovisual y, en él, hemos podido redescubrir grandes momentos de la historia de Prada. Hoy os invitamos, mediante este blog, a acompañarnos en nuestro viaje… Nos montamos en nuestro DeLorean particular -el R8-TS con puertas de madera y un yugo en el parachoques de Prada A Tope-, para trasladarnos 30 años atrás, hasta 1.990, el año en el que Prada inauguró la bodega.
A priori podríamos pensar que este era un día muy especial para Prada que, después de más de veinte años trabajando, iniciaba un nuevo proyecto empresarial que tanto éxito ha traído después. Y así era, un día importante, pero con los pies en la tierra. Como él mismo aseguraba “esto no es un día grande para mí, esto es un día más en una andadura que la tengo clara: la búsqueda de la perfección, de la estética y el progreso”.
Y es que Prada, luchador incansable, siempre ha tenido en mente que nuestras acciones siempre repercuten en el futuro. Así se lo manifestaba a todas las personas que le acompañaron en este día: “Tenemos que luchar y tenemos que trabajar por nuestros hijos, por nuestros nietos”. Si no, tal y como él señalaba en unas palabras que seguramente hoy podríamos escucharle también en Palacio de Canedo, “dentro de 5 o 10 años no va a haber un árbol para dar sombra, vamos a tener que ver los árboles por televisión”. “Tenemos que ofertar futuro para nuestros hijos. Hay que ganar dinero para dejarlo en nuestra tierra. Tenemos que arriesgar y luchar porque nos respeten desde fuera”, sentenciaba. Unas frases que, sin duda, podemos aplicar hoy en día, ¿no es cierto?
Y, si es un orgullo comprobar una vez más como esta filosofía de vida es la que ha acompañado a Prada a lo largo de toda su trayectoria, no lo es menos ver como el sentimiento de familia y equipo que hoy tenemos en Palacio de Canedo ya imperaba hace tres décadas. “Prada A Tope es un conjunto de gente: camareros, carpinteros, albañiles… Yo soy la cabeza visible, pero esto es un conjunto”, aseguraba Prada.
Con esa afirmación concluimos por ahora nuestro viaje. Volvemos al presente para enviaros todo nuestro ánimo. ¡Ya queda menos para volver a vernos en Palacio de Canedo![:]