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“No podemos cambiar la sociedad, pero nuestra pequeña aportación, de algo servirá”

Hace unas semanas nos visitaba en Palacio de Canedo el periodista Javier Pérez Andrés y su equipo de El Arcón. Tras charlar con Ángel Ossorio en nuestra terraza, Javier se dirigía al bosque didáctico junto a Prada y allí no dudaba en preguntarle si, 50 años después, “¿Estás contento? ¿Has logrado que te hagan caso, que te escuchen?”. Cuestión a la que Prada respondía en rotundo “No, no estoy contento”, señalando que “yo no puedo, ni yo ni la Fundación, pensar que vas a cambiar una sociedad que ha perdido el norte ya”.

Eso sí, señalaba que “lo que sí es verdad es que nuestra pequeña aportación de algo servirá, pero soy muy escéptico. No creo que vaya a cambiar nada porque a la gente el campo le gusta para verlo en televisión o para ir el coche, pero si les dices que tienen que subir y arreglar algo… Siguen diciendo que les gusta el campo, pero de boquilla”.

“Estoy cansado de ver mucha defensa de la naturaleza, pero nadie se pone a cavar, ni a plantar, ni a trabajar por el bien de todos. Vamos abocados a un desastre que asumimos como tontos”, aseguraba Prada.

En este sentido insistía el periodista cuando le decía a Prada que “tú llevas muchos años diciendo que hay que dar un paso al frente, que hay que limpiar los bosques y coger la azada…”, a lo que Prada respondía con una de esas frases que más le hemos oído decir: “yo no estoy inventando nada”. “Eso ha sido siempre así, lo que pasa que ahora la clase política propugna ese bienestar de cuidar el ocio. El ocio para que sea válido y satisfactorio, tiene que haber antes trabajo y esfuerzo”, aseguraba.

Y es que, como comprobamos muchas veces en las visitas de Palacio de Canedo, uno de los mayores problemas es la pérdida de esas raíces del trabajo del campo que siempre se ha llevado a cabo en El Bierzo. Así lo contaba Prada cuando le explicaba a Pérez Andrés que “aquí vienen unos chavales de los pueblos de alrededor, pero a mí me sorprende que son chicos de los pueblos de aquí al lado que siempre fuimos agricultores y un chaval o una niña de 12 o 15 años no sabe agarrar un utensilio. No lo han vivido y no se lo han enseñado. De eso es de lo que tenemos que concienciarnos la gente que vivimos en los pueblos”.

Una entrevista muy interesante en un lugar único que os invitamos a ver en este enlace.