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En el marco de la celebración del 50 aniversario de Prada A Tope, la cuarta charla del ciclo de conferencias tuvo como protagonista al biólogo y divulgador Juan Delibes, que quiso aprovechar la oportunidad para hablar a los asistentes sobre la importancia de la pesca en el turismo de naturaleza. Una pesca, añadió, que, bajo su punto de vista, debe ser sin muerte ya que existen especies, como la trucha, que se encuentran en grave peligro de extinción.

“La pesca tiene un potencial bestial, a los niños les apasiona, pero si traes a un niño o a un adulto a pescar truchas hay pocas y es complicado. Por eso yo soy partidario de que haya más cotos intensivos que promuevan esta actividad”, aseguró Delibes, antiguo investigador del CSIC y periodista especializado en la caza y la pesca. También tuvo palabras de admiración hacia la figura de José Luis Prada y quiso ponerle como ejemplo: “Prada es un ejemplo muy bueno que ha tratado de potenciar con éxito todos los aspectos rurales, gastronómicos, arquitectónicos, tradicionales… y lo ha logrado. La pesca es un recurso interesantísimo en toda Europa, pero en España no se promociona. Es un privilegio que mueve muchos turistas y El Bierzo tiene muchísimo valor, León es la capital mundial de la trucha y aún estamos a tiempo de recuperarla para el turismo”.

La respuesta de Prada ante estas palabras no se hizo esperar, indicando que poco a poco nuestros ríos se han quedado en nada por la desidia, por la dejadez de la gente. “Somos unos cobardes”.

Esta cuarta charla volvió a apostar por el periodista especializado Javier Pérez Andrés como conductor y contó con la presencia de distintas personalidades, como Gerardo Álvarez Courel, presidente del Consejo Comarcal de El Bierzo. Todo, en el Salón Picantal de Palacio de Canedo, que volvió a llenarse en una jornada con un gran éxito de afluencia, tal y como viene siendo habitual en estos encuentros conmemorativos.

Tanto Prada como Delibes quisieron apostar por el turismo de naturaleza como un medio para crear riqueza en el medio rural, siempre y cuando sea un turismo bien entendido y respetuoso con el entorno, que garantice su equilibrio y respete la biodiversidad.