Quizá suene arriesgado, pero nos atrevemos a afirmar que quien no haya desayunado a primera hora de la mañana o merendado cuando cae la tarde un plato de frixuelos, no ha vivido El Bierzo ni ha tenido esa sensación tan placentera que evoca el olor a cocina casera mezclada con café o chocolate caliente. Y es que el frixuelo, vieja receta de todas las montañas del noroeste de la región, no guarda ningún secreto en su receta. Utiliza aquello que siempre estuvo a mano en las casas familiares: harina, huevo, leche, levadura, azúcar y una pinta de sal. Del resto se encarga un buen aceite a gran temperatura, que infla el frixuelo, lo alarga y lo prolonga con esos rizos tan jugosos y esa textura tan característica.
El propio Prada siempre dice que el frixuelo por la mañana o en la merienda hace la competencia hasta al mismísimo vino, pues ambos pueden hacer que el que los disfruta llegue al éxtasis.
El frixuelo es un dulce tradicional en muchas zonas de León, Asturias y Galicia. Y, aunque en cada zona cambia de nombre y de formato, siempre mantienen ese viejo sabor de antes que difícilmente se olvida. De ahí que muchos de nuestros huéspedes, comensales y visitantes agradezcan volver a reencontrarse con los sabores que les recuerdan a su niñez, sin olvidar a aquellos que lo descubren en nuestro Palacio de Canedo y ya se convierten en fieles defensores de este dulce tradicional.
Posiblemente este sea solo un apunte de nuestros famosos frixuelos, pero lo cierto es que después de una visita a Palacio de Canedo, de haber hecho un recorrido por nuestras viñas; de haber comprobado in situ en nuestras instalaciones nuestros procesos de embotados, elaboración de vinos o asado de castañas o pimientos; y de haber disfrutado de las bellísimas panorámicas que se contemplan desde nuestra ubicación, siempre quedan en el recuerdo nuestros frixuelos. Eso sí, nuestra ubicación también ayuda. ¿Qué mejor que merendarlos en un palacio del siglo XVIII con El Bierzo a nuestro alrededor?
No hay que olvidar que el chocolate y el café con leche son los dos compañeros de viaje de nuestros frixuelos. Pero también, como podréis comprobar si venís a disfrutarlos, este dulce también es el compañero de mesa perfecto de nuestro Xamprada. ¿Quién dice que estén reñidos la burbuja y el frixuelo? Nada más lejos de la realidad, es una unión ¡A Tope e inconmensurable!