[:es]En el Palacio de Canedo siempre tuvimos presente que la clave de un vino era el escenario de su viña. Que solo de suelos ricos se pueden conseguir uvas de gran calidad con las que elaborar grandes vinos. Por eso cuando iniciamos en 1989 las nuevas plantaciones de viña en el entorno del Palacio de Canedo sabíamos que cada trozo de esa ladera tenía una personalidad y un carácter propios. Unas características que se verían reflejadas en el resultado final en copa cuando el proceso de elaboración vinícola llegara a su fin.
La mayor parte de nuestros viñedos cumple en este 2019 30 años, pero hace 11, en 2008, comenzamos la plantación de la más alta de nuestras parcelas, a 850 metros: la de El Picantal.
A día de hoy la Mencía que crece en esta parcela, cultivada bajo la disciplina de la cultura ecológica desde su nacimiento lleva incluso su nombre a la etiqueta. Y es que en Palacio de Canedo hemos dedicado un vino íntegramente a esta parcela, el tinto Picantal de uva mencía. Conocemos todo sobre el vino. Empezando por el ciclo vegetativo de toda su vida anual, analizando cómo respondieron los estados fenológicos desde que brotó hasta que enveró y eligiendo el momento óptimo para llevar las uvas al lagar con el fin de convertirlas en nuestro vino Picantal.
En el Palacio de Canedo tenemos muy claro que cuando en la etiqueta aparece un nombre en concreto respondemos de él. Y ahí están, 11 años después, las mencías que plantamos sobre suelos de textura franca, que nos proporcionan unas uvas que vinificadas que, tras su contacto con la madera de roble, no pierden en la copa el mayor valor de un vino de clara expresión: el terruño, el sabor de la tierra, el carácter que imprime el suelo, el clima y una variedad tan extraordinaria como la uva mencía.[:]