[:es]No podemos llevar El Bierzo a todos los rincones, pero lo intentamos acercándolo a través de nuestras franquicias. Son auténticas embajadas del Palacio de Canedo, del espíritu de Prada, porque además de poder comprar nuestros productos y disfrutar de nuestra gastronomía y nuestra bodega, son extensiones de una forma de ver la vida en contacto con la tradición.
El Palacio es intransferible, pero lo más parecido a pisar sus viejas maderas son nuestros restaurantes de Madrid, de León o de Treceño, en Cantabria. Allí tienes un vino del Bierzo, unos pimientos asados del Bierzo, unas castañas de altura, una empanada hecha como manda Dios (en El Bierzo, claro), y una permanente invitación a hacer enoturismo en El Bierzo. Pero lo mejor es que se sentirá a gusto en una atmósfera que invita a llamar al camarero y pedir, de nuevo “otro maceración carbónica para estos amigos”.[:]