Como bien sabéis, este 2022 es muy especial para Prada A Tope. Cumplimos medio siglo. Cincuenta años desde que Prada decidiera embotar el primer tarro de cerezas y comenzar la andadura que nos llevaría a todo lo que conocéis hoy. Además de las diferentes acciones que llevaremos a cabo a lo largo del año para conmemorar este aniversario, queremos que nuestro blog se convierta en una ventana a través de la cual podáis conocer un poco más la trayectoria y la historia de Prada. Hoy, queremos hablaros de una de las fiestas que probablemente más recordaréis unidas a su nombre: el Carnaval.
La primera de las fotos que podéis ver de Prada disfrazado, a día de hoy expuesta en el museo que tenemos en Palacio de Canedo, data de 1962. En una época en la que quizá no se veía con tan buenos ojos el disfraz y la fiesta que implicaba esta festividad, vemos a Prada vestido de pistolero del oeste americano, con un sombrero casi mexicano y flecos al estilo de los indios de las praderas.
Tan solo un año después, en 1963, cerca de noventa socios del Casino de Cacabelos le requieren para que organice los carnavales infantiles. Es ahí cuando comienza una tradición que, durante años, llevaba la alegría, la sorpresa y la fiesta a Cacabelos durante esos días de Carnaval. Una tradición que los habitantes de El Bierzo esperaban año a año con expectación, deseosos de ver qué había organizado Prada.
Y lo cierto es que la teatralidad de Prada en estas fechas va creciendo año tras año. En este sentido, en 1966 llega uno de esos momentos que aún perduran en la memoria de las personas que allí lo vivieron: la aparición de Prada ataviado como un César por las calles de Cacabelos sobre una cuadriga romana. Tal y como recuerda el propio Prada, la impresión, especialmente entre los más pequeños que asistían a este Carnaval, era “fascinante”. En 1969, la temática fue el fútbol y los dineros desmesurados que ya por entonces movía. Podría haber cuadrado perfectamente hoy en día, ¿verdad? Ponferrada como epicentro del petróleo, unos Felipe González y Fidel Castro muy particulares… Cada año Prada sorprendía a los chavales y a los habitantes de Cacabelos con una fiesta diferente.
Años y años con esta tradición que cerró el círculo en 2008, ¿por qué? Porque ese año un grupo de jóvenes cacabelenses hizo furor desfilando en Carnaval imitando al Prada que, en su juventud, había resucitado las fiestas. Tan bonito le pareció a Prada el homenaje, que les prestó el coche para la ocasión. En los Carnavales del 2020 otro grupo volverá sobre su figura y recorrerá las calles de Cacabelos homenajeando a Prada… ¡todo un orgullo!
Si queréis conocer más sobre las historias de la trayectoria de Prada, aquí os hablamos de Bierzópolis… ¡no os perdáis nuestro blog!